Este blog nace de uno de mis proyectos fotográficos. La idea fue dar voz a personas seropositivas para que pudieran combatir, con su testimonio, una serie de estereotipos sobre el valor de la vida después del diagnóstico.

Las fotos que acompañan sus relatos no pretenden tener una función didascàlica.

Sin embargo, admito que a lo largo del recorrido el lado emotivo ha tomado ventaja sobre el artístico.

Quisiera que al final de la lectura de este blog emergiera el inmenso valor de estas personas, su coraje para vivir una vida "normal", como normal puede ser la vida de cada uno de nosotros: la suma de una sucesión de días, algunos más felices que otros.

Quiero agradecer a todas estas personas su paciencia y humanidad así como el haberme permitido entrar, aunque fuese por poco tiempo, en sus vidas.


7.20.2010

FERRAN PUJOL


Fue complicado y nada corriente lo que ocurrió. Fue muy traumático, yo estaba con Michael, mi marido, con quien llevo ya 22 años. Ya teníamos cierta conciencia de que nosotros éramos vulnerables al VIH porque estábamos viendo persona a nuestro alrededor que lo contraían y enfermaba. Algunas de ellas lo escondían. El estigma era muy grande. Ya se veía que había unos colectivos más vulnerables que otros.
Decidimos hacernos la prueba enseguida que estuvo disponible. Fui al Centro de Enfermedades de Transmisión Sexual de la Generalitat y pedí la prueba de anticuerpos. Pero nunca fui a por el resultado, aunque me preocupaba porque sabía que afectaba a los gays de forma especial. Yo era una persona consciente, nunca he sido frívolo. No sé si fue un mecanismo de defensa lo que hizo que no fuese a recoger el resultado.
Cuando volví de un viaje a Marruecos tuve unas diarreas terribles, que achaqué a las condiciones de higiene de lo que comíamos, a las temperaturas altísimas o a que no siempre había agua corriente. Tenía un herpes en una de las nalgas y yo no lo asociaba al VIH ni nada parecido.
Me fui otra vez al Centro olvidándome que tenía el resultado de los anticuerpos, con tan mala fortuna que mi médico no estaba. El médico que me atendió, entendió que yo estaba al corriente de los resultados de aquellas pruebas. Pero a mí nadie me avisó. Cuando le dije: “me ha salido esto”, me respondió: “pero esto es normal con el sida que tú tienes”. Escuchar eso fue muy traumático, me retumbó en la cabeza.

Yo no había tenido ninguna preparación previa. El impacto siempre es el impacto, pero no pensé absolutamente en nada. Primero sentí como si algo me desgarrase por dentro y luego una necesidad enorme de ponerme a llorar. Me quise contener hasta que el médico me agarró la mano y me dijo “llora todo lo que quieras”. Me veía muerto, muerto, muertísimo. Así fue como se me dio el resultado. Esa falta de sensibilidad fue producto de una terrible confusión.
Pensé que me aislaría, que comería bien, que limpiaría todo con lejía… No tenía un conocimiento real de la enfermedad. Pensaba que las agresiones externas eran las que condicionaba el futuro de uno. Era muy  joven, pensé que iba a vivir como un niño burbuja.
Necesitaba ver a Michael, mi pareja, para contárselo. Por mí y por él. Estaba en el metro llorando y la gente me miraba. Sentí envidia. Ellos no se iba a morir y yo sí. Sin embargo, no pude localizarle hasta tarde, por lo que fui en busca de mi hermano con quien compartí mi llanto.
Por la tarde, llegó Michael. Le expliqué lo que había. Reaccionó de forma violenta, no contra mí, contra los objetos. Es comprensible.

Para mí la visibilidad es algo muy importante para normalizar esta situación. Estoy convencido que con esta enfermedad vamos a vivir muchos, muchos años, por eso pienso que hay que hacerlo de la manera más normal posible.
Si la gente puede ver a todos los seropositivos, la convivencia sería mucho más fácil. Entiendo el pánico inicial de todo el mundo cuando no se tiene claro de qué se está hablando. La visibilidad más importante es aquella que una persona puede dar en su entorno más inmediato. Para mí, ser visible es asumir mi condición de seropositivo. No como una bandera ni como un estandarte, aunque a veces lo he hecho. Es incorporarlo a mi vida cotidiana con la máxima normalidad.
Elegí una opción en el año 94, momento en el que conté a mis padres lo que ocurría. Me costó mucho. Tardé muchos años en poder abrirme - no por el miedo a que me rechazasen - sino porque pensaba que les iba a matar en vida. A partir de que lo supieron las personas que más me importaban, no se lo oculté a nadie más. En algunos momentos lo he explotado al máximo, cuando me ha convenido porque lo creía interesante.
Entre mis experiencias de visibilidad, hice un programa de TV3. Me desnudé como persona frente a la cámara. Me dieron garantías de que no se emitiría si no estaba de acuerdo con todo el contenido. Lo hice, gustó mucho al público en general. Se emitió un martes o un miércoles en hora punta. Pero mi experiencia no es esa realmente, si no esta otra. Teníamos una casa alquilada en un pueblo de cazadores. Era un pueblo donde todo el mundo nos conocía a Michael y a mí. Cuando llegó el viernes, el momento de ir al pueblo, me empecé a inquietar. Pensaba sobre cuál iba a ser su reacción. Ya pesaría bastante - pensaba -  que éramos homosexuales, para saber encima que éramos dos personas con sida.
Ese día pedí a Michael que intentara esquivar la plaza. Al día siguiente me dije que había que afrontarlo tarde o temprano. Si había que emigrar, emigraríamos. Apechugaríamos igual que con otras cosas. Me fui a la plaza y entré en el bar.
Puede parecer sorprendente, pero lo cierto es que recibí la admiración, el abrazo y la solidaridad de prácticamente todo el pueblo. Supongo que a algunas personas no les haría mucha gracia, pero se limitaron a no hacérmelo saber.
Me preguntaron que porqué no se lo había dicho antes, que si estaba bien. Algunos estaban con los lagrimones. Realmente fue un momento muy fuerte.
Aunque no soy nada místico, a ratos le digo a Michael que somos unos privilegiados: nuestra historia tenía todos los ingredientes para acabar de otra manera.


BCNcheckpoint





1 commento:

  1. Hola Ferrand, que colera tu tienes mejores fotos? será que el modelo esta mejor... jajaja. Bueno que es un placer ser tu amigo y haberte conocido en mis circunstancias, creo que fue lo mejor que he podido conocer, y no solo a ti, sino más bien a todo tu grupo. Tu historia es real y verdadera, por eso el mensaje llega a todos y todas las que tienen o no tienen este compañero inseparable.

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