Este blog nace de uno de mis proyectos fotográficos. La idea fue dar voz a personas seropositivas para que pudieran combatir, con su testimonio, una serie de estereotipos sobre el valor de la vida después del diagnóstico.

Las fotos que acompañan sus relatos no pretenden tener una función didascàlica.

Sin embargo, admito que a lo largo del recorrido el lado emotivo ha tomado ventaja sobre el artístico.

Quisiera que al final de la lectura de este blog emergiera el inmenso valor de estas personas, su coraje para vivir una vida "normal", como normal puede ser la vida de cada uno de nosotros: la suma de una sucesión de días, algunos más felices que otros.

Quiero agradecer a todas estas personas su paciencia y humanidad así como el haberme permitido entrar, aunque fuese por poco tiempo, en sus vidas.


11.28.2010

EL MAR ME HA AYUDADO


Cuando descubri de tener VIH me fui de poco trasladado a Barcelona, y ya estaba viviendo un momento de cambio muy importante en mi vida. El mundo me parezco crollarme, todo todo me pareció ya no tener sentido.
Por fin tuve el ánimo después de muchos años a vivir mi vida a mis condiciones y descubrí de ser VIH.
La presencia del mar me ha ayudado mucho, recuerdo muchas horas dadas a pasear tratando de no perderme en mis miedos.

Vivir con el VIH  es una situación mucho parrticolare, es una combinación de estados de ánimo y situaciones mucho compleja que pueden poner a dura prueba tu cuerpo y tu mente!! ¡
Es un hostil amigo que no se ve que no se siente que pero esta allì¡ y ellos a diferencia de muchas otras enfermedades o problemas físicos que puedes diagnosticar con un tac o una radiografía el VIH no no lo puedes!

Però sabes que està allí y sabes que es dentro de ti y el unico modo para derrotarlo y hacer de modo de tener el mejor tú sobre de él es convivir con él, aceptarlo y llegar a un compromiso de vida.
Porque la cosa que lo hace débil es tu fuerza interior y intentar que la vida sea igual a primera tratando de hacer de modo que aunque consciente de su presencia sea como si no hubiera!! ¡siempre llevándole respeto tomando las medicinas todos los días haciendo deporte comiendo sano y teniendo una vida sexual normal!!
Este y lo que más que todo lo debilita y hace más fuerte tú!!

7.20.2010

FERRAN PUJOL


Fue complicado y nada corriente lo que ocurrió. Fue muy traumático, yo estaba con Michael, mi marido, con quien llevo ya 22 años. Ya teníamos cierta conciencia de que nosotros éramos vulnerables al VIH porque estábamos viendo persona a nuestro alrededor que lo contraían y enfermaba. Algunas de ellas lo escondían. El estigma era muy grande. Ya se veía que había unos colectivos más vulnerables que otros.
Decidimos hacernos la prueba enseguida que estuvo disponible. Fui al Centro de Enfermedades de Transmisión Sexual de la Generalitat y pedí la prueba de anticuerpos. Pero nunca fui a por el resultado, aunque me preocupaba porque sabía que afectaba a los gays de forma especial. Yo era una persona consciente, nunca he sido frívolo. No sé si fue un mecanismo de defensa lo que hizo que no fuese a recoger el resultado.
Cuando volví de un viaje a Marruecos tuve unas diarreas terribles, que achaqué a las condiciones de higiene de lo que comíamos, a las temperaturas altísimas o a que no siempre había agua corriente. Tenía un herpes en una de las nalgas y yo no lo asociaba al VIH ni nada parecido.
Me fui otra vez al Centro olvidándome que tenía el resultado de los anticuerpos, con tan mala fortuna que mi médico no estaba. El médico que me atendió, entendió que yo estaba al corriente de los resultados de aquellas pruebas. Pero a mí nadie me avisó. Cuando le dije: “me ha salido esto”, me respondió: “pero esto es normal con el sida que tú tienes”. Escuchar eso fue muy traumático, me retumbó en la cabeza.

Yo no había tenido ninguna preparación previa. El impacto siempre es el impacto, pero no pensé absolutamente en nada. Primero sentí como si algo me desgarrase por dentro y luego una necesidad enorme de ponerme a llorar. Me quise contener hasta que el médico me agarró la mano y me dijo “llora todo lo que quieras”. Me veía muerto, muerto, muertísimo. Así fue como se me dio el resultado. Esa falta de sensibilidad fue producto de una terrible confusión.
Pensé que me aislaría, que comería bien, que limpiaría todo con lejía… No tenía un conocimiento real de la enfermedad. Pensaba que las agresiones externas eran las que condicionaba el futuro de uno. Era muy  joven, pensé que iba a vivir como un niño burbuja.
Necesitaba ver a Michael, mi pareja, para contárselo. Por mí y por él. Estaba en el metro llorando y la gente me miraba. Sentí envidia. Ellos no se iba a morir y yo sí. Sin embargo, no pude localizarle hasta tarde, por lo que fui en busca de mi hermano con quien compartí mi llanto.
Por la tarde, llegó Michael. Le expliqué lo que había. Reaccionó de forma violenta, no contra mí, contra los objetos. Es comprensible.

Para mí la visibilidad es algo muy importante para normalizar esta situación. Estoy convencido que con esta enfermedad vamos a vivir muchos, muchos años, por eso pienso que hay que hacerlo de la manera más normal posible.
Si la gente puede ver a todos los seropositivos, la convivencia sería mucho más fácil. Entiendo el pánico inicial de todo el mundo cuando no se tiene claro de qué se está hablando. La visibilidad más importante es aquella que una persona puede dar en su entorno más inmediato. Para mí, ser visible es asumir mi condición de seropositivo. No como una bandera ni como un estandarte, aunque a veces lo he hecho. Es incorporarlo a mi vida cotidiana con la máxima normalidad.
Elegí una opción en el año 94, momento en el que conté a mis padres lo que ocurría. Me costó mucho. Tardé muchos años en poder abrirme - no por el miedo a que me rechazasen - sino porque pensaba que les iba a matar en vida. A partir de que lo supieron las personas que más me importaban, no se lo oculté a nadie más. En algunos momentos lo he explotado al máximo, cuando me ha convenido porque lo creía interesante.
Entre mis experiencias de visibilidad, hice un programa de TV3. Me desnudé como persona frente a la cámara. Me dieron garantías de que no se emitiría si no estaba de acuerdo con todo el contenido. Lo hice, gustó mucho al público en general. Se emitió un martes o un miércoles en hora punta. Pero mi experiencia no es esa realmente, si no esta otra. Teníamos una casa alquilada en un pueblo de cazadores. Era un pueblo donde todo el mundo nos conocía a Michael y a mí. Cuando llegó el viernes, el momento de ir al pueblo, me empecé a inquietar. Pensaba sobre cuál iba a ser su reacción. Ya pesaría bastante - pensaba -  que éramos homosexuales, para saber encima que éramos dos personas con sida.
Ese día pedí a Michael que intentara esquivar la plaza. Al día siguiente me dije que había que afrontarlo tarde o temprano. Si había que emigrar, emigraríamos. Apechugaríamos igual que con otras cosas. Me fui a la plaza y entré en el bar.
Puede parecer sorprendente, pero lo cierto es que recibí la admiración, el abrazo y la solidaridad de prácticamente todo el pueblo. Supongo que a algunas personas no les haría mucha gracia, pero se limitaron a no hacérmelo saber.
Me preguntaron que porqué no se lo había dicho antes, que si estaba bien. Algunos estaban con los lagrimones. Realmente fue un momento muy fuerte.
Aunque no soy nada místico, a ratos le digo a Michael que somos unos privilegiados: nuestra historia tenía todos los ingredientes para acabar de otra manera.


BCNcheckpoint





7.19.2010

UNA VEZ MAS, LA PUERTA DE MI VIDA SE ABRE PARA TI…




Acostumbrado a explayarme al hablar y escribir de mi experiencia de vida como una persona viviendo con la infección del vih, debo en esta oportunidad tratar de ser lo más conciso que pueda, sin dejar de escribir su esencia y así lo que hoy les comento, no solo tenga credibilidad, si no más bien, su toque de verdad.
Era la década de los 90 y en mi país, Perú, el tema de la infección por el vih seguía siendo un tabú que arrastraba con ello muchos mitos. 
Acaba mi carrera universitaria y con ello un nuevo reto y una nueva carrera a seguir, la aceptación de cargar conmigo un compañero, que con el tiempo se ha ido convirtiendo más que un ocupa o un enemigo, en un amigo, convirtiéndome con ello en un activista silencioso.
La noticia me llega como a muchos,  como un chorro de agua fría y con un sin fin de preguntas, negaciones, reproches, culpabilidades e interrogantes que debo paso a paso resolver: ¿Porque a mí? ¿Debe haber un error? ¿Se habrán confundido de muestra? ¿No soy prostitut@? ¿No soy drogadicto? ¿Cómo fue? ¿A quien culpar? ¿Por qué a mi Dios mió? Para luego pasar el agobio de esta etapa y encontrarme con una nueva pregunta: ¿Qué debo hacer ahora? 
Después de estas preguntas, de resolverlas  y con un poco más de tiempo, me llegan las más interrogantes: ¿Cómo se lo digo a mis padres? ¿A mi familia? ¿A mis amigos? ¿A mis compañeros de trabajo? 
Y hoy pasado ya todo este tiempo, debo reconocer que esto a lo que hoy conozco como impacto psico-social, va siendo contestado por uno mismo, por los compañeros y por nuestros médicos, dejando de ser una carga, un mito, un tabú  y un respiro para mí.
Aquel chorro de agua fría que escribo líneas arriba, es y supongo será la misma sensación que recibe uno al saber o recibir cualquier noticia asociada a la muerte, un tema que nadie esta preparado y tiene pensado, lo cual lleva momentos de decepciones y desilusiones personales y familiares, que en este interesante proceso, digno de ser estudiado, nos lleva a reconocer no solo la fortaleza oculta que mantiene cualquier ser humano, sino el soporte que puede y debe recibir uno en estos precisos momentos, no sin dejar de reconocer que el diagnostico no es de uno solo, sino es de nuestro entorno, padres y amigos y, son ellos, bajo mi experiencia, los que también pasan por esas etapas y se responden esas mismas preguntas que uno se ha venido y viene formulando todavía.  
Por mi parte, después de llorar, preparar el discurso y respuestas que debía decir en casa a mis familiares y amigos, pues aún con un poco más de 20 años yo vivía con mi familia, lo hice y personalmente, decidí elegir uno de los dos caminos que tenía: seguir viviendo o dejarme morir. Finalmente yo elegí el primero.
Debo recordar que vengo de una cultura distinta, donde no solo predomina el machismo, la unión familiar y donde lejos de ser conservadoras, mi país es un país católico; y donde también se ve marcada la deficiente atención sanitaria y todo lo que esto contribuye como un punto negativo a quien vive con el vih, con el sida o con cualquier enfermedad o infección que necesite una mejor atención clínico sanitaria.

En todo este proceso, no encontré más que la necesidad de buscar espacios y personas que tuvieran lo mismo que yo, crearlas, averiguar y procurar tamizar todo lo que en estos lugares pude recoger como kits que permitan sobrevivir ante esta desconocida infección.
En aquella época, la mejor vitamina que teníamos era la O, la O de olla, es decir la comida y la búsqueda de lo que muchos llaman calidad de vida.
Con el tiempo, las conferencias nos informaban que existía un tratamiento a lo que ahora conocemos como terapia antirretroviral, pero lo que en ese entonces nos decían era el famoso cóctel que hoy por hoy prolonga nuestra vida y obviamente, nuestra salud; además que ya se contaba con un examen clínico llamado CD4 o recuento de linfocitos para manejar la dosificación de los mismo. En fin, toda esta información trajo con nosotros nuevos sueños, el sueño americano y el sueño europeo, el poder llegar a vivir en aquellos sitios, donde todo era mejor y donde el “efecto llamada” nos hizo procurar buscar la forma de llegar si queríamos vivir un poco más.
Recién el año 1998 la seguridad social del Perú  se convierte en pionera de mi país donde pocos eran los elegidos a experimentar esos primeros medicamentos y esos costosísimos  exámenes clínicos, debo reconocer que si hoy escribo esta carta, con 42 años, es porque gracias a este famoso medicamento, a la continuidad y el respeto a mi adherencia, puedo hacerlo.
Siempre he hablado que el tema de la infección por el vih ha venido presentando hasta el día de hoy nuevos estudios, nuevos esquemas de tratamientos, nuevas formas de tratar y medicar a una persona; es decir que se ha venido evolucionando; pero el lenguaje que corresponde a nosotros, aquel lenguaje que nos ha servido a nosotros para disminuir el impacto social con el que muchos hemos crecido, también evoluciono. Ya no nos llamamos portadores, seropositivos o no dejamos que nos digan “pacientitos”, si no ahora conocemos y nos reconocemos, como personas viviendo con el vih o personas viviendo con el sida, con lo cual, no somos diferentes, con lo cual merecemos y hacemos valer nuestros derechos y donde hoy por hoy sabemos que el Mundo no olvida que la vida no es un privilegio, si no más bien un derecho.
Prometí, ser conciso y creo que lo estoy haciendo, pero también prometí no ser muy político, pero si es que esto aparece, será porque se me ha permitido ser como simplemente soy. 
Para acabar, creo que todos hemos llorado, lo contemos o no, hemos llorado y sufrido, creo que todos hemos tenido la necesidad de buscar espacios o personas a la cual contar y ser oídos, espacios donde poder ver que hay mas personas, que no somos los únicos y que como todo en la vida, esta se rige por etapas llenas de obstáculos, las mismas que con motivaciones podemos saltar; en esta “pequeña” experiencia de mi vida, yo te invito a decidir uno de estos dos caminos que tenemos, yo te invito a tener muchas motivaciones que te permitan decidir vivir y hacer con tu vida lo que tu crees que es mejor, sin sentirte condicionado y enjaulado, porque eso es vivir y simplemente es la vida.
Hoy vivo en Barcelona, he saltado muchos obstáculos, he tocado muchas puertas para dormir y comer, no me fue fácil, he dejado atrás mi carrera, mi familia y mi trabajo en el mundo del activismo porque yo decidí vivir; porque a cambio de todo esto, tengo una buena atención médica, por que tengo ese soñado medicamento de calidad, llámese de marca o genérico, por que camino nuevamente y porque sé que el tiempo me dará la oportunidad de escribir no solo aquí, sino en otros espacios donde la intención de ayudar sea el motor que nos permita continuar.

…AL SALIR CIERRA LA PUERTA.  




7.18.2010

Mi compañero invisible



Era el año 1985, en esas fechas mi vida transcurría entre Ibiza y Zürich, feliz , recién enamorada.
Empecé a oír de diferentes personas de mi entorno, que ,  enfermaban o morían.
Decidí hacerme la prueba de VIH. Cómo ya me mentalizaba – siempre intento tener un plan B-
deque  el test iba a salir positivo, cómo efectivamente salió, pues no recuerdo con especial trauma como fue cuando me dieron el resultado.
Tuve la gran suerte, como mencioné antes, de que tenía a mi amor al lado y eso te da fuerzas.
Pude comunicarle mi seropotividad sin tapujos y también me ayudó a poder aceptarlo con normalidad. También tuve la gran suerte que no padecí ninguna enfermedad oportunista, lo cual no me era un lastre ser VIH+.
Puede parecer idílico e irreal, pero lo único que me ha lastrado ser positiva, ha sido tal vez la posibilidad de ser madre, entonces no había tantos medicamentos y las opciones de que el bebe fuese positivo alto, para mi demasiado alto….
Con las amistades y siguientes relaciones, tampoco fue especialmente duro comunicarlo, yo hablo de todo con toda normalidad, y este era un tema más. Tal vez con las relacionesfue un poco más desagradable y con más dudas el comunicarle mi +, pero tuve la suerte de que me conocieron a mí primero y luego  a mi virus, este acompañante indeseado.

Además , no tuve como mucha otras personas VIH+, la necesidad imperante de comunicar mi seropotividad. ¿ Porqué? Mi problema  no tenía que ser un hándicap a la hora de entablar una nueva relación,  y si lo hacía, seguro que saldrían corriendo. 
No he puesto a nadie en peligro y por ello puedo dormir tranquila, pero tampoco me siento responsable de la seguridad de los otros. Habiendo la información que hay, cada uno de nosotros tiene que buscar su propia seguridad y ser responsable sus actos
Actualmente con casi 52 años, he aceptado y aprendido a vivir con él , mi compañero invisible veo que he tenido mucha suerte y si bien no ha sido un camino de rosas, pues después de tanto medicamento, tengo todos los efectos nocivos que ellos pueden dar, sigo viva, y lo que ahora es mi lucha,  que mi carácter optimista , no me abandone. 





7.16.2010

"LO SIENTO HA DADO POSITIVO"


El  chico me pincho el dedo pulgar con la lanceta tomo unas gotas de sangre las puso en la laminilla puso el reactivo esperamos unos minutos y me dijo “lo siento ha dado positivo”... Sali de alli con la petición  para el laboratorio por un momento nada tenia sentido estaba aturdido camine en una dirección equivocada,  no se cuanto tiempo paso, estaba  casi sordo, finalmente todo volvio a la cotidianeidad , en el bus camino a l laboratorio recupere el sentido de la realidad y pude pensar que después de todas las locuras que habia cometido el verano  pasado era lógico que hubiera dado ese resultado.
Sin embargo intente reflexionar que en la actualidad, en un país europeo,  esta enfermedad es como tener  diabetes o epilepsia que si estas bajo vigilancia médica de esto no te vas a morir. 
Aunque las paranoias llegaron después  me he vuelto un poco hipocondriaco por ejemplo me salio una llaga en el muslo y fui rápidamente con el médico pensado que era cáncer en la piel y resulto ser una mordedura de araña.

Además esta el estigma social  como no he tenido ningún espisodio grave de salud y todavía no tomo medicación sólo unos cuantos de mis amigos lo saben. 
Mi familia vive en otro continente y he considerado que no tiene caso hacerlos sufrir inecesariamente asi que no lo saben. He tenido algunas decepciones con posibles proyectos de pareja cuando les he comentado que soy seropositivo han sido muy respetuosos y me agradecen que haya sido sincero siempre se despiden con un “ya quedaremos”  pero después no me han respondido a mis llamadas o mensajes de correo electrónico
 He corrido con la suerte de poder participar en un grupo de seropositivos que tienen muchos años trabajando para que tengamos una buena calidad de vida y a mi me ha servido para no sentirme aislado, y ver a otros que han pasado momentos muy difíciles y han tenido las fuerzas para poder seguir adelante el dia a dia y saber que también yo puedo 

7.15.2010

RICARDO


Tenía 18 años, el mundo por delante, toda una vida llena de ideas, proyectos e inquietudes, como un chico normal a los 18… la vida de un joven, de fiesta, estudiando, también trabajando, pero en fin que una vida como la de muchas personas a esa edad.  Una edad tan temprana como para pensar que por un resultado clínico tu vida tomaría otro sentido, ya que tampoco me lo “esperaba”.  Es como todas las cosas, no las esperas y de repente llegan, muchos dicen que la vida te pasa factura por lo que haces, puede ser pero en realidad, no me lo esperaba.
Estaba tan joven que pensaba que eso no sería mi caso, además estaba como voluntario de una ONG en New York en donde servíamos de ayuda y soporte para las personas con VIH en etapa terminal, entonces conviviendo con ellos, viéndoles todos los días, nunca pensé que sería algo que me ocurriría a mí.  POR QUE A MI?  Así que no tome las precauciones debidas ni oportunas, teniendo tantas herramientas a mi alcance.
Cabe mencionar que cuando tenía 15 años hice un proyecto de escuela con mis compañeros de colegio, el mismo que obtuvo un premio y se trataba sobre VIH y SIDA, con lo que llego ahora a pensar que muchas veces “tenemos señales” en nuestras vidas SOBRE ACONTECIMIENTOS QUE NOS VIENEN, pero muchas veces nos hacemos los CIEGOS a dichas SEÑALES, no las queremos ver.  Y LUEGO ES DEMASIADO TARDE…
Porque una vez que te diagnostican, no hay marcha atrás, es todo hacia adelante…
Nunca me detuve a buscar culpables, para qué?  Para que perder el tiempo buscando un culpable si el único responsable de toda la situación era Yo.  La vida se basa en la ley de Causa y Efecto, a toda acción le viene una reacción y con esto quiero decir que mi diagnostico, a pesar de que no “me lo esperaba”, fue la reacción a todos mis actos irresponsables que durante mi adolescencia cometí, actos que me llevaron a obtener como resultado un diagnostico de VIH positivo.
Recuerdo que estaba de vacaciones en mi país, cuando mi madre me pidió que me hiciera unas pruebas “rutinarias”, y digo rutinarias porque ella siempre nos hacia analíticas al menos 2 veces al año para revisar posibles anemias, o cualquier imprevisto, en eso siempre fue muy precavida, de ahí que “nunca” nos enfermáramos de las comunes gripes, alergias, etc. etc. etc.
Una vez que hago “la rutina” de mi madre como lo llame ese día, seguí mis vacaciones, y el 26 de abril de 1999 cuando me disponía a asistir al cumpleaños de mi abuelo, recibo una llamada de mi madre para que inmediatamente regrese a casa porque tenía algo que comunicarme.  Pensé en ese entonces que se trataría seguramente de mi retorno a los EEUU donde entonces residía, pero que va!!! Se trataba nada más y nada menos que de los resultados de la analítica rutinaria, ya que el médico le había llamado para informarle de una “anomalía”.  Y sin más el médico le dio los resultados directamente a mi madre, vulnerando mis derechos y mi privacidad a conservar mis resultados clínicos en privado.
Mi madre se desmoronó, yo continué a su lado, estuvimos llorando y hablando sumergidos en el más largo de los abrazos que jamás nos hayamos entregado el uno al otro, y en esos largos minutos de abrazo y de incontenibles lagrimas supe que mi vida tenía sentido, supe que no tenía que deprimirme, supe que no me podía venir abajo porque sería peor para mi salud y para la de mi madre.

En ese entonces no teníamos la excelente relación que tenemos ahora, pero ella siempre fue un pilar para mi, en ese entonces existía más que la distancia física, la distancia que había por el hecho de Yo ser Gay, y ella no saber sobrellevar que tenía un hijo, el mayor de todos, Gay.
Entonces  era esa la distancia que teníamos, pero que a pesar de todo, ella estuvo allí conmigo y me ofreció su apoyo incondicional para siempre.
Dos semanas más tarde regrese a los EEUU, continué con mi vida, seguí “adelante” y busque un medico que me pudiera brindar un tratamiento, ya que allí no contaba con seguridad social y conseguí gracias a una Fundación un tratamiento gratuito que lo mantuve durante 2 años y con el que siempre me mantuve con una salud inquebrantable.  Luego estuve en tratamiento con medicina natural durante 5 años e igualmente conservando siempre mi estado de salud.  Hoy en día sigo aquí en España un tratamiento antirretroviral y tengo “controlada” la carga viral con estado indetectable y mis defensas (CD4 y CD8) están en un muy buen nivel.
Pienso sobre todas las cosas que lo mas primordial para mi, fue mantener siempre mi actitud positiva y mi forma natural de ver las cosas lo que hasta ahora me permite ver mi vida como algo normal.
El VIH me hizo tomar consciencia de que la vida es una y que hay que aprovechar al máximo cada día, cada instante, y así tengo esa ventaja para poder siempre expresarle a mi marido, a mi familia, a mis amigos, y al resto de la gente, lo importante que es vivir, vivir bien contigo mismo, saber vivir contigo mismo, ser feliz contigo mismo, ser consciente de tus actos, porque cada uno conlleva una consecuencia.
Ellos saben lo mucho que los quiero, y que sobre todo debe uno saber que la vida siempre va hacia adelante!

Recordemos NO EXISTEN CULPABLES, la culpabilidad apunta con un dedo hacia afuera cuando la RESPONSABILIDAD nos apunta con tres dedos hacia nosotros mismos.
Te puedo decir que antes de tener VIH no pensaba las cosas antes de decirlas, simplemente salían de mi boca sin pensarlas, ahora pienso y luego digo lo que sé que es correcto, para comunicar bien, para no herir a nadie, para ser claros y respetuosos con todos.  Muchas veces se cometen errores pero ya no son los mismos que antes.
Además al haberme enterado de la existencia del virus en mi cuerpo a tan temprana edad, creo que me dio la oportunidad de sentir en carne viva como yo iba madurando como persona, como ser humano, como hijo, como hermano, como un todo en mi mismo, pero por encima de ello, un todo que se puede entregar mucho.
Y no lo veo como mi vida “contigo”…. Lo veo más bien como, TU VIDA CONMIGO, porque el VIH me necesita para vivir, sin mí el virus no es nada, sin mí no puede seguir, y ahora que lo tengo dentro es quien depende de mí para ser quien es…
Porque para mí, todo sigue siendo lo mismo, soy la misma persona, solamente que ahora soy VIH positivo, y mi vida sigue siendo la misma, solamente que ahora tomo 2 pastillas diarias… es decir que todo es normal, como cualquier otra enfermedad, hay que sobrellevarla.
Porque el VIH es un ALLIEN en mi cuerpo, yo nunca le invite a venir, yo no le dije ENTRA, el virus vino y se asentó en mi, y YO soy quien gobierna mi cuerpo, mi mente, mi salud y mi todo, con energía y actitud positiva, con mi tratamiento antirretroviral, y con un día a día sano, y yo no pienso en el virus todos los días, no lo veo como algo incomodo, no me molesta ahora, no se mas adelante, pero no lo hago parte de mi día a día…  ESTA ALLI en mi interior, pero no cambia mi vida, porque Yo sigo hacia adelante, miro hacia un futuro y me siento lleno de vida, aunque el duerma en mi interior.