Tenía 18 años, el mundo por delante, toda una vida llena de ideas, proyectos e inquietudes, como un chico normal a los 18… la vida de un joven, de fiesta, estudiando, también trabajando, pero en fin que una vida como la de muchas personas a esa edad. Una edad tan temprana como para pensar que por un resultado clínico tu vida tomaría otro sentido, ya que tampoco me lo “esperaba”. Es como todas las cosas, no las esperas y de repente llegan, muchos dicen que la vida te pasa factura por lo que haces, puede ser pero en realidad, no me lo esperaba.
Estaba tan joven que pensaba que eso no sería mi caso, además estaba como voluntario de una ONG en New York en donde servíamos de ayuda y soporte para las personas con VIH en etapa terminal, entonces conviviendo con ellos, viéndoles todos los días, nunca pensé que sería algo que me ocurriría a mí. POR QUE A MI? Así que no tome las precauciones debidas ni oportunas, teniendo tantas herramientas a mi alcance.
Cabe mencionar que cuando tenía 15 años hice un proyecto de escuela con mis compañeros de colegio, el mismo que obtuvo un premio y se trataba sobre VIH y SIDA, con lo que llego ahora a pensar que muchas veces “tenemos señales” en nuestras vidas SOBRE ACONTECIMIENTOS QUE NOS VIENEN, pero muchas veces nos hacemos los CIEGOS a dichas SEÑALES, no las queremos ver. Y LUEGO ES DEMASIADO TARDE…
Porque una vez que te diagnostican, no hay marcha atrás, es todo hacia adelante…
Nunca me detuve a buscar culpables, para qué? Para que perder el tiempo buscando un culpable si el único responsable de toda la situación era Yo. La vida se basa en la ley de Causa y Efecto, a toda acción le viene una reacción y con esto quiero decir que mi diagnostico, a pesar de que no “me lo esperaba”, fue la reacción a todos mis actos irresponsables que durante mi adolescencia cometí, actos que me llevaron a obtener como resultado un diagnostico de VIH positivo.
Recuerdo que estaba de vacaciones en mi país, cuando mi madre me pidió que me hiciera unas pruebas “rutinarias”, y digo rutinarias porque ella siempre nos hacia analíticas al menos 2 veces al año para revisar posibles anemias, o cualquier imprevisto, en eso siempre fue muy precavida, de ahí que “nunca” nos enfermáramos de las comunes gripes, alergias, etc. etc. etc.
Una vez que hago “la rutina” de mi madre como lo llame ese día, seguí mis vacaciones, y el 26 de abril de 1999 cuando me disponía a asistir al cumpleaños de mi abuelo, recibo una llamada de mi madre para que inmediatamente regrese a casa porque tenía algo que comunicarme. Pensé en ese entonces que se trataría seguramente de mi retorno a los EEUU donde entonces residía, pero que va!!! Se trataba nada más y nada menos que de los resultados de la analítica rutinaria, ya que el médico le había llamado para informarle de una “anomalía”. Y sin más el médico le dio los resultados directamente a mi madre, vulnerando mis derechos y mi privacidad a conservar mis resultados clínicos en privado.
Mi madre se desmoronó, yo continué a su lado, estuvimos llorando y hablando sumergidos en el más largo de los abrazos que jamás nos hayamos entregado el uno al otro, y en esos largos minutos de abrazo y de incontenibles lagrimas supe que mi vida tenía sentido, supe que no tenía que deprimirme, supe que no me podía venir abajo porque sería peor para mi salud y para la de mi madre.
En ese entonces no teníamos la excelente relación que tenemos ahora, pero ella siempre fue un pilar para mi, en ese entonces existía más que la distancia física, la distancia que había por el hecho de Yo ser Gay, y ella no saber sobrellevar que tenía un hijo, el mayor de todos, Gay.
Entonces era esa la distancia que teníamos, pero que a pesar de todo, ella estuvo allí conmigo y me ofreció su apoyo incondicional para siempre.
Dos semanas más tarde regrese a los EEUU, continué con mi vida, seguí “adelante” y busque un medico que me pudiera brindar un tratamiento, ya que allí no contaba con seguridad social y conseguí gracias a una Fundación un tratamiento gratuito que lo mantuve durante 2 años y con el que siempre me mantuve con una salud inquebrantable. Luego estuve en tratamiento con medicina natural durante 5 años e igualmente conservando siempre mi estado de salud. Hoy en día sigo aquí en España un tratamiento antirretroviral y tengo “controlada” la carga viral con estado indetectable y mis defensas (CD4 y CD8) están en un muy buen nivel.
Pienso sobre todas las cosas que lo mas primordial para mi, fue mantener siempre mi actitud positiva y mi forma natural de ver las cosas lo que hasta ahora me permite ver mi vida como algo normal.
El VIH me hizo tomar consciencia de que la vida es una y que hay que aprovechar al máximo cada día, cada instante, y así tengo esa ventaja para poder siempre expresarle a mi marido, a mi familia, a mis amigos, y al resto de la gente, lo importante que es vivir, vivir bien contigo mismo, saber vivir contigo mismo, ser feliz contigo mismo, ser consciente de tus actos, porque cada uno conlleva una consecuencia.
Ellos saben lo mucho que los quiero, y que sobre todo debe uno saber que la vida siempre va hacia adelante!
Recordemos NO EXISTEN CULPABLES, la culpabilidad apunta con un dedo hacia afuera cuando la RESPONSABILIDAD nos apunta con tres dedos hacia nosotros mismos.
Te puedo decir que antes de tener VIH no pensaba las cosas antes de decirlas, simplemente salían de mi boca sin pensarlas, ahora pienso y luego digo lo que sé que es correcto, para comunicar bien, para no herir a nadie, para ser claros y respetuosos con todos. Muchas veces se cometen errores pero ya no son los mismos que antes.
Además al haberme enterado de la existencia del virus en mi cuerpo a tan temprana edad, creo que me dio la oportunidad de sentir en carne viva como yo iba madurando como persona, como ser humano, como hijo, como hermano, como un todo en mi mismo, pero por encima de ello, un todo que se puede entregar mucho.
Y no lo veo como mi vida “contigo”…. Lo veo más bien como, TU VIDA CONMIGO, porque el VIH me necesita para vivir, sin mí el virus no es nada, sin mí no puede seguir, y ahora que lo tengo dentro es quien depende de mí para ser quien es…
Porque para mí, todo sigue siendo lo mismo, soy la misma persona, solamente que ahora soy VIH positivo, y mi vida sigue siendo la misma, solamente que ahora tomo 2 pastillas diarias… es decir que todo es normal, como cualquier otra enfermedad, hay que sobrellevarla.
Porque el VIH es un ALLIEN en mi cuerpo, yo nunca le invite a venir, yo no le dije ENTRA, el virus vino y se asentó en mi, y YO soy quien gobierna mi cuerpo, mi mente, mi salud y mi todo, con energía y actitud positiva, con mi tratamiento antirretroviral, y con un día a día sano, y yo no pienso en el virus todos los días, no lo veo como algo incomodo, no me molesta ahora, no se mas adelante, pero no lo hago parte de mi día a día… ESTA ALLI en mi interior, pero no cambia mi vida, porque Yo sigo hacia adelante, miro hacia un futuro y me siento lleno de vida, aunque el duerma en mi interior.